“El ex gobernador José Alperovich y la intendenta (Elia Fernández de Mansilla) impiden a los vecinos de Aguilares recibir obras de la Nación, necesarias para generar mejor calidad de vida y generar trabajo”. Esta declaración del secretario de Vivienda y Hábitat de la Nación, Domingo Amaya, quien es oriundo de Aguilares, irritó al alperovichista Sergio Mansilla.
El legislador electo (la Justicia impidió su asunción mientras se dirime si se trató de una re-reelección) es esposo de la jefa municipal de esa ciudad del sur y trabaja en su gestión.
“Es todo mentira. Amaya no tiene autoridad moral ni política para hablar de Alperovich ¿Cómo hizo para conseguir el primer traje cuando Alperovich lo buscó de la casa para asumir como intendente de la capital? Que me diga cómo ¿Ya se olvidó? De mi no tiene qué decir porque conozco todo. Yo estaba cuando Alperovich le dijo que se vaya a comprar el traje, en 2003. Cuando tenga que hablar políticamente de Alperovich que se acuerde de eso”, enrostró el ex senador oficialista.
Por otro lado, también le recordó a Amaya su pasado kirchnerista. “¿Quién ordenó el cambio de nombre de la avenida Roca para que se llame Néstor Kirchner?”, expresó.
Trascartón, invitó al funcionario nacional de Cambiemos a recorrer las obras que se están efectuando en el municipio. “La única que vez que vino fue hace un año, nos hizo hacer un acto. Prometió una obra en el barrio de los mercantiles y no puso ni un ladrillo hasta ahora. Nada”, lamentó.
Mansilla integra el núcleo de dirigentes más cercanos al senador Alperovich, dado que ocupó diversos cargos ejecutivos y legislativos entre 2003 y 2015.
En una recorrida por Monteros, el ex intendente de la capital aprovechó para criticar a los funcionarios que todavía responden al alperovichismo. Insistió con que la intendenta Fernández, “siguiendo una orden de Alperovich no avanza en obras que ya están convenidas con la Nación”.
Aseguró que la jefa municipal “no presenta proyectos nuevos” para mejorar la infraestructura de Aguilares, pese a que desde la Nación “se le manifestó la posibilidad de hacerlo”.
No es la primera vez que Amaya se queja por una situación similar. En mayo de 2016, había repudiado que la intendenta de Famaillá, Patricia Lizárraga (esposa del mellizo Juan Enrique Orellana) no haya viajado a Buenos Aires para firmar un convenio por $80 millones para obras de infraestructura. A Famaillá, la Nación había asignado ese monto para obras en una zona vulnerable del municipio: los barrios Nueva Baviera y Tres Marías. Luego de varios meses, el acuerdo finalmente se rubricó. Aquella vez, Amaya había deslizado que la ausencia se debía a “motivos políticos” y que habría sido el gobernador, Juan Manzur, quien no le habría dado el visto bueno para que viajara.
Tras ese episodio, los cruces entre funcionarios de la Provincia y de la Nación (también con el director del Plan Belgrano, José Cano) recrudecieron. Los miembros de la gestión provincial sostienen que no llegan obras de la Casa Rosada. Los macristas, que no se presentan proyectos adecuados.